San Blas constituye una parada obligatoria en cualquier visita a Cusco. Sus calles empinadas y empedradas, las obras de arte de sus renombrados artesanos, y un mirador con vista panorámica de la ciudad son solo algunos de los atractivos que atraen a cientos de turistas cada día y aquí te contamos todo lo que necesitas saber
Conocido como la cuna de los artesanos cusqueños, San Blas destaca por sus calles empedradas y su ubicación privilegiada que ofrece una vista panorámica del centro histórico. Este pintoresco vecindario es el lugar ideal para sumergirse en la vida bohemia y cultural de la ciudad imperial. En San Blas, descubrirás no solo las obras maestras de reconocidos artesanos locales, sino también talleres de hábiles herreros, zapateros, sastres y hojalateros. Acompáñanos a recorrer el «Balcón del Cielo» y déjate seducir por sus encantos.
Historia y origen del barrio de San Blas
El barrio de San Blas se originó en la época del Imperio Inca, cuando se conocía como T’oqokachi, que en quechua significa “Cueva de sal”. Desde entonces, familias dedicadas a la arquitectura y la artesanía habitaban la zona, destacando por su ubicación estratégica en las alturas que ofrecía vistas espectaculares del valle de Cusco y acceso a aguas de manantiales cercanos.
Diversos cronistas, como Pedro Sarmiento de Gamboa y Juan Polo de Ondegardo, informan que en las calles de T’oqokachi se encontraron los restos de Pachacútec, uno de los incas más importantes, conocido por ordenar la construcción de Machu Picchu. Esto indica que el lugar tenía gran relevancia para la nobleza inca.
Con la llegada de los españoles, el barrio cambió de nombre a San Blas en honor a Blas de Sebaste, un obispo del siglo III famoso por sus milagros curativos. Los conquistadores destruyeron los templos incas y construyeron edificaciones coloniales que, con su arquitectura influenciada por el estilo andino, le dan al barrio un encanto distintivo.
Después de la independencia del Perú, San Blas se consolidó como un importante atractivo turístico de Cusco. El barrio siguió siendo hogar de artistas destacados, como los Mendivil, Olave y Mérida, cuyas galerías de arte invitan a los visitantes a admirar y adquirir sus obras.
Cómo llegar al barrio de San Blas
Este encantador barrio invita a explorarlo a pie. Comienza tu recorrido desde la Plaza de Armas y avanza por la calle Hatun Rumiyoq, famosa por la piedra de los 12 ángulos. Desde allí, llegarás a la cuesta de San Blas, donde podrás apreciar las estrechas calles empedradas, las casas con fachadas de piedra, y la armonía de los cafés, restaurantes y bares que crean un ambiente especial.
San Blas sirve como refugio para bohemios, artistas, músicos y viajeros de todo el mundo que se han enamorado de su mística y lo han convertido en su hogar. Sus calles peatonales son demasiado estrechas para permitir el paso simultáneo de peatones y vehículos, otorgándole un aire tranquilo y único. Puedes sentarte frente a la fuente de agua (P’aqcha) para descansar y observar cómo se desarrolla la vida cotidiana ante tus ojos.
¿Qué visitar en San Blas?
Pasear por las calles de San Blas es una experiencia que deleita todos los sentidos. Sus edificaciones coloniales, el constante flujo de personas de diversas nacionalidades y sus estrechas y encantadoras calles te harán querer quedarte aquí para siempre. Pero si deseas conocer los lugares más emblemáticos del barrio, aquí tienes una lista de recomendaciones:
Templo de San Blas
La visita a San Blas comienza con su templo, el más antiguo de Cusco, construido en 1563 sobre un antiguo templo inca dedicado a Illapa, el dios del trueno, el relámpago y el rayo. Los constructores inicialmente edificaron la iglesia en adobe, pero un terremoto que la destruyó parcialmente llevó a su reconstrucción en piedra. El impresionante púlpito de madera tallada del siglo XVII, elaborado por antiguos artesanos incas, se destaca como uno de los mayores atractivos de la iglesia. Este púlpito destaca por sus relieves que incluyen ocho bustos, posiblemente representando a jerarcas de la época, y está decorado con racimos de uvas, aves y la figura de San Blas. El interior de la iglesia exhibe un estilo artístico «churrigueresco», una variante del barroco español caracterizada por su abundancia de detalles.
Cuesta de San Blas
Si vienes desde la Plaza de Armas, lo primero que encontrarás es la famosa Cuesta de San Blas, un camino empinado que es una especie de preludio de lo que te espera en este pintoresco barrio.
Galerías y talleres
A lo largo de la Cuesta de San Blas se encuentran numerosas galerías y talleres de renombrados artistas cusqueños. Aquí podrás admirar sus obras y adquirir aquella que más te guste, con opciones para todos los presupuestos.
Plazoleta de San Blas
Al final de la Cuesta de San Blas se encuentra la Plazoleta de San Blas, un rincón perfecto para descansar tras la subida. En este espacio, podrás visitar dos de los grandes atractivos del barrio: la Galería de Hilario Mendivil y Familia, y el Templo de San Blas.
Calle Hatun Rumiyoc
Una de las calles más emblemáticas de San Blas es la calle Hatun Rumiyoc, que alberga la famosa piedra de los 12 ángulos. Esta impresionante roca pulida forma parte del muro del antiguo palacio inca de Sinchi Roca, hoy convertido en el Palacio Arzobispal.
Mirador de San Blas
Para cerrar el día, no hay nada mejor que subir al Mirador de San Blas y disfrutar de un atardecer con una de las mejores vistas panorámicas de Cusco. El lugar está rodeado de restaurantes y bares donde puedes relajarte y probar un Pisco sour mientras admiras el paisaje
Restaurantes y bares
El barrio es también ideal para disfrutar de una buena comida o brindar con cócteles y cervezas. San Blas ofrece una amplia variedad de restaurantes y bares para todos los gustos.
Datos Interesantes sobre San Blas en Cusco
- Origen Incaico: En la época incaica, el barrio actual de San Blas llevaba el nombre de T’oqokachi, que en quechua significa «Cueva de sal». Este nombre refleja su relevancia histórica y cultural en tiempos prehispánicos.
- Cambio de Nombre: Con la llegada de los españoles, rebautizaron T’oqokachi como San Blas, en honor a Blas de Sebaste, un santo cristiano del siglo III conocido por sus milagros de curación.
- Momia de Pachacutec: Algunos cronistas históricos afirman que la momia del inca Pachacutec, el emperador que ordenó la construcción de Machu Picchu, se guardó en el templo de T’oqokachi, hoy conocido como la iglesia de San Blas. Sin embargo, la momia fue destruida durante la invasión española.
- Barrio de los Artesanos: En la República del Perú, San Blas se convirtió en el hogar de numerosos artesanos cusqueños, ganando fama como el barrio de los bohemios. Hoy en día, el barrio sigue siendo conocido por sus talleres de artesanía y sus obras de arte únicas.
- Encuentro de Mochileros: Actualmente, San Blas atrae a mochileros y viajeros jóvenes que ofrecen sus artesanías, música y talentos artísticos en sus calles.
- Tranquilidad y Encanto: A pesar de su fama y rica historia, San Blas conserva una atmósfera tranquila. Sus calles, aunque encantadoras, están poco transitadas por turistas, y su pequeña plaza es perfecta para disfrutar de un momento de silencio y reflexión, lejos del bullicio del centro de Cusco.