El Pago a la Tierra es un ritual ancestral andino que se realiza para agradecer, honrar y alimentar a la Pachamama, la Madre Tierra. A través de ofrendas simbólicas, las comunidades buscan restablecer el equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, pidiendo protección, abundancia y armonía espiritual. ¿Pero por qué es tan importante?
La Pachamama: La Diosa Andina de la Fertilidad y la Reciprocidad
En la cosmovisión andina, la Pachamama es mucho más que un simple símbolo de la tierra; es la diosa de la fertilidad y la fuente de toda vida. Los antiguos habitantes de los Andes, como los incas, creían que la Pachamama tiene un papel crucial en la provisión de los recursos naturales, de los cuales dependían completamente. Además, los pueblos andinos reconocen que esta deidad sigue una lógica de reciprocidad: así como provee, también exige. Por esta razón, el pago a la tierra no solo es un acto de agradecimiento, sino también de respeto hacia una fuerza que se considera tanto protectora como vengativa.
¿Qué es el pago a la tierra y por qué se realiza?
El pago a la tierra es una práctica ancestral que se lleva a cabo principalmente en los Andes peruanos, y tiene lugar el primer día de agosto, extendiéndose durante todo el mes. Este rito tiene como objetivo alimentar y saciar a la Pachamama, la Madre Tierra, que en este periodo es considerada “sedienta” y “hambrienta”.
Los campesinos creen que al ofrecer alimentos y ofrendas a la Tierra, esta les devolverá protección, abundancia, buena cosecha y prosperidad. A través de este ritual, los andinos buscan mantener un equilibrio con la naturaleza, ya que la Pachamama es una deidad que no solo brinda vida, sino que también puede castigar a aquellos que no la respetan adecuadamente.
El Ritual del pago a la tierra
El pago a la tierra es más que un simple acto de adoración, es un ritual que simboliza la reciprocidad entre los humanos y la naturaleza. El campesino andino, al realizar este pago, no solo expresa su gratitud por lo que la tierra le ha dado, sino que también pide permiso para continuar utilizando sus recursos.
A través de este ritual, se refuerza el vínculo entre la humanidad y el mundo natural, una relación fundamental para la cosmovisión andina. Además de las ofrendas materiales, este ritual también invoca los deseos más profundos de la comunidad, como el bienestar, la salud y una cosecha abundante.
¿Qué se ofrenda a la Pachamama?
Las ofrendas del pago a la tierra son elementos cuidadosamente seleccionados que tienen un profundo simbolismo. Entre los objetos más comunes se encuentran las hojas de coca, consideradas como el medio de comunicación entre los seres humanos y la naturaleza, semillas de diversos cereales, plata no trabajada, fetos de llamas, chicha, vino, frutas, dulces, y huayruros, unas semillas con poder simbólico.
Cada uno de estos elementos tiene un propósito específico dentro del ritual y es considerado esencial para establecer una conexión con los espíritus de la naturaleza. La cantidad y el tipo de ofrendas varían según el pedido o la intención del ritual.
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La Hoja de Coca
La hoja de coca tiene un papel indispensable en la espiritualidad andina. Se utiliza en diversos rituales, especialmente en la adivinación y la comunicación con los espíritus. El chamán lee las hojas de coca para predecir el futuro, desentrañar misterios, o incluso identificar problemas de salud o de prosperidad. La hoja de coca también es un símbolo de la conexión entre los seres humanos y la naturaleza, y su presencia en el pago a la tierra refuerza el vínculo entre la Pachamama y los seres humanos.
Los Tres Mundos Andinos: Hanan Pacha, Kay Pacha y Uchu Pacha
El ritual del pago a la tierra está profundamente vinculado a la concepción andina de los tres mundos: el Hanan Pacha (mundo superior), el Kay Pacha (mundo terrenal), y el Uchu Pacha (mundo inferior o del interior). Estos tres mundos se representan simbólicamente en los componentes de las ofrendas, creando un vínculo entre lo divino, lo humano y la naturaleza. La ceremonia invoca la presencia de los espíritus que habitan en estos tres mundos, creando así un equilibrio cósmico entre las fuerzas superiores, terrenales e inferiores.
El ritual culmina con un brindis ceremonial, seguido por la quema de las ofrendas. Los participantes queman las ofrendas como un acto simbólico que las eleva al cielo, mientras entierran las cenizas en la tierra para devolverle lo ofrecido. De este modo, cierran un ciclo de reciprocidad: agradecen a la Pachamama al enviar el humo hacia el cielo y completan el ciclo de vida, muerte y renacimiento al enterrar las cenizas. Además, interpretan el color de las cenizas —negras o blancas— como una señal de si la Pachamama ha aceptado la ofrenda.
El Pago a la Tierra en la Actualidad
Aunque el pago a la tierra tiene sus orígenes en tiempos preincaicos, sigue siendo una práctica viva y relevante en la actualidad. Si bien tradicionalmente se realiza en las áreas rurales, muchas personas urbanas también lo practican para pedir prosperidad, buena salud y éxito en sus proyectos. En ciudades como Cusco, siguen celebrando este ritual, mostrando cómo las creencias ancestrales siguen influyendo en la vida moderna.
La Feria de la Pachamama en los Mercados de Sicuani y Cusco
En agosto, los mercados de Sicuani y otras regiones cercanas a Cusco se llenan de actividad debido a la Feria de la Pachamama, donde las familias se abastecen de los elementos necesarios para realizar el pago a la tierra. Durante esta feria, se venden desde flores hasta objetos rituales como hojas de coca, semillas y fetos de llamas, entre otros. Este evento refleja el compromiso de la comunidad con la Pachamama
Más allá de ser un acto de agradecimiento, el pago a la tierra es una expresión de esperanza hacia el futuro. Este ritual busca asegurar buenas cosechas, salud, prosperidad y bienestar para la comunidad. A través de este acto, los andinos mantienen una conexión continua con su entorno natural y espiritual, buscando siempre restablecer el equilibrio entre ambos mundos.